Gastribiota 30 capsulas – Npro

Durante años se creyó que el ambiente ácido del estómago impedía la vida bacteriana. Sin embargo, hoy sabemos que el estómago no es estéril. En él habita un pequeño pero relevante ecosistema microbiano que cumple funciones esenciales: participa en la digestión, modula la inflamación local, contribuye a la defensa inmunitaria y protege la mucosa frente a agentes externos.

¿Qué puede alterar su equilibrio?

La microbiota gástrica puede verse alterada por múltiples factores, como la infección por Helicobacter pylori, un bajo nivel de ácido estomacal (hipoclorhídria), infecciones o disbiosis orales, el uso prolongado de ciertos fármacos (especialmente antibióticos e inhibidores de la bomba de protones) y factores ambientales como dietas desequilibradas, estrés crónico o el propio envejecimiento.

Cuando esto ocurre, algunas bacterias oportunistas pueden proliferar, mientras que otras especies beneficiosas disminuyen.

¿Qué consecuencias tiene?

Una microbiota gástrica alterada puede favorecer la inflamación (gastritis), dificultar la digestión, generar molestias como acidez, náuseas o pesadez estomacal, e incluso dificultar la recuperación tras una infección por Helicobacter pylori o un tratamiento antibacteriano.

Además, un entorno gástrico desequilibrado aumenta el riesgo de que la infección reaparezca y puede favorecer alteraciones en otras partes del aparato digestivo, como el intestino delgado.

Por eso, en muchas ocasiones no basta con erradicar una bacteria: también es importante recuperar y mantener el equilibrio de la microbiota del estómago.